lunes, 26 de octubre de 2015

El baúl de Valde

¿Qué hace la gente cuando sale a conocer nuevos rincones? Entre muchas cosas todos acabamos paseando por las calles de pueblecitos y rincones con encanto. Este trabajo surgió de unos de estos paseos por un pueblo de Teruel, Valderrobres.
Mi deriva me llevó hasta una pequeña tienda de antigüedades y a su vez rastro, donde entre montones de cosas curiosas encontré este viejo baúl abandonado en un rincón, cubierto de óxido y polvo. Parecía que tenía difícil salvación debido al deterioro causa por el óxido por lo que lo conseguí a muy buen precio, pero como siempre cuando ganas de una parte te espera un largo trabajo por otra.

No dispongo de la foto del estado inicial del baúl, pero cuando tuve oportunidad de examinarlo bien puede ver que la tapa no estaba sujeta al baúl; tachas, cerrojos y toda la chapa estaba profundamente oxidada y los listones de madera que lo decoraban tenían la madera quemada, desprovista de color o barniz. En el interior la madera del fondo tenía listones dañados y partidos, y como en la gran mayoría de baúles, eran listones que habían sido reutilizados para hacer un baúl por lo que la madera estaba sin lijar y con letras de su antiguo uso en otro objeto.

Una vez examinado empecé a pensar cómo quería trabajarlo, lo que más me gustó de este baúl era su parte trasera, estaba ligeramente abombada pero la chapa estaba puesta a modo de franjas estrechas que me recordaban al papel de decorar y las antiguas carpas de circo, por lo que decidí tratar bien la chapa para pintarla bicolor y mantener esa sensación circense.

Así pues, comencé a tratar la chapa y cerrojos con desoxidantes para eliminar el óxido y una vez eliminado le dí una capa de transformador del óxido que nos deja la chapa con una fina película negra sobre las zonas más afectadas por el óxido y haciendo que pare la oxidación.
Estado del baúl tras el tratamiento del óxido por una cara:

Después de la chapa, pasé a la madera. Por el interior lo lijé, apliqué un matacarcomas para prevenir y para finalizar apliqué un tinte roble. Para solucionar el problema de los listones dañados coloqué una tabla de refuerzo a medida a la cual atornillé todos los listones haciendo que volviesen a su posición.
En cuanto a los listones exteriores, se desmontaron para tratarlos a parte y así no pintarlos con la pintura que se iba a aplicar a la chapa, además de este forma se pueden lijar mejor.


Una vez que todo la madera estaba tratada y barnizada, volví a la chapa. Antes de pintar la chapa hay que aplicarle una base de minio blanco que tapa el poro, la cual hay que dejar secar entre 24 y 48 horas. Mientras secaba pinté los cerrojos con esmalte anti-óxido negro.


Con el minio ya seco empecé a pintar el baúl, escogí los colores beis y azul para combinarlos, nos podemos ayudar de cinta de carpintero para marcar nuestro diseño.

Detalle diseño lateral
Y por fin sólo quedaban juntar las piezas para ver el efecto final de este trabajo, volví a poner los listones con tachas nuevas efecto envejecido, encontré unas bisagras tipo antiguo para recolocar la tapa. Y envejecí la pintura con betún para darle más carácter.

En proceso de envejecimiento:

Detalle parte trasera

Tapa ya montada:


Acabado del Baúl Pintado


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